Don Huya: el diamante en el carbón
Don Huya, caminaba, disfrutando del cálido domingo en el parque de la ciudad. A la vera del lago divisó un grupo de jóvenes carboncitos sentados en el césped. Al pasar junto a ellos escuchó que hablaban de la posibilidad que tiene todo carbón de convertirse en un hermoso diamante.
Los jóvenes al verlo caminando muy lento junto a ellos, escuchando lo que hablaban... lo invitaron a acercarse a la ronda. Don Huya aceptó asombrado de que lo invitaran, pues les doblaba la edad. En el centro de la ronda había una señora (y no tan joven!!), la cual hablaba de la marabillosa posibilidad que tiene todo carbón de transformarse en un diamante, de las técnica ancestrales que había para lograr tal estado y de lo importante que era, primero y antes que nada, estar realmente convencidos de que todo carbón es un diamante en potencia.
Decía la señora:
-Todos somos diamantes en potencia y ya no en potencia, todos somos diamantes Y PUNTO!, solo que no lo recordamos. Repitan todos los días frente al espejo, mis queridos jóvenes, y se transformaran en lo que creen. Hijos mios, no lo dudéis, vosotros sois diamantes, sois perfectos, sois eternos, sois puros... repetid esto día a día y se transformaran en diamantes-
Un joven carboncito, el mas curiosos y preguntón... preguntó - Hee! señora, usted parece que no se la "cree" mucho... mírese, sigue siendo un carbón-
-No importa lo que tu veas, sino lo que tu creas, no importa el mensajero... lo importante es el mensaje, porque...-
Viendo y escuchando semejante disparate, don Huya, disimuladamente, huyó despavorido de semejante locura mística, aunque...
-Bueno con intentar no pierdo nada, como era?... ehh SOY PERFECTO... SOY PURO... SOY UN DIAMANTE!- y fue así como empezó con esta técnica para convertirse en diamante.
Y pasaron muchos días y llegó un día en el que se vio a si mismo como un hermosos diamante... pero... al salir a la calle y encontrarse con Don Grafito el vecino de la otra cuadra...zas!
-Como le va Don Huya!, hace mucho que no se lo ve por el barrio?
-Como le va- le respondió Don Huya, con aire de superioridad, pues claro! ahora era un diamante.
-Que le pasó, se insoló mi amigo... esta mas bronceado que nunca!- le dijo Don Grafito.
Don huya le respondió con un gesto despectivo, pensando -...Pobre lo que pasa es que no puede ver porque no ha practicado lo que yo he practicado!
Y así siguió caminando, y se dio cuenta de que todos lo veían mas bronceado.
-Son unos ciegos, no pueden ver mas allá de sus ojos, no se dan cuenta lo perfecto que hay en mi- pensaba para si-
Y así Don Huya se enojaba cada vez mas y mas y al terminar el día llegó a su casa exhausto, con la cara fruncida, el pecho hundido y el cuerpo colgándole del alma. Se miro en el espejo del la entrada y al verse otra vez carbón su cara se frunció mas todavía y su puño se cerró y se dijo
-Soy perfecto, soy tan puro como un diamante- y con esa seguridad se fue a dormir.
Y pasaron muchos días, no se sabe cuantos, iguales para Don Huya. Nadie mas que el podía verse diamante.
-Bueno- se decía algunos- quizá al ser tan viejo no tengo oportunidad.
Y otros días se decía -Lo que pasa es que debe faltar algún paso, como me fui antes de la charla.
Y algún otro día dijo- Pero si me enganche en cualquiera, hubiera sido mejor no escuchar nunca de esta posibilidad! así no me seria tan difícil vivir entre tantos carbones ciegos!! entre todo este carbón que me rodea... por ejemplo... esta arista que tengo acá- y se empezó a limpiar una manchita que tenía a un costado del pecho.
Y así pasaron mas días, para Don Huya se había convertido en un habito, frotarse la pequeña mancha del pecho mientras se lavaba los dientes. Y de repente un día lo vio, en el pecho algo brillaba... se miró mas detenidamente el pecho y vio algo refulgente... y con ojos desorbitados dijo:
-Soy un Diamante...POR DENTRO!
Y abrió la ventana de su habitación, con despreocupación en medio de la madrugada, ¡por fin entendió! Para su asombro la señora de la charla, la loca mística, ahí estaba, con una luminosidad especial en el rostro mirándolo con picardía, le regalo una sonrisa y se esfumo en el aire.
Don Huya ya no necesita repetirse que es perfecto, que es puro, que es un diamante... no necesita demostrar a nadie lo que es... esta demasiado ocupado tratando sus manchitas. A la vez se ha vuelto mas comprensivo con los otros carbones, pues sabe con certeza que en cada uno de ellos hay un diamante igual al suyo que espera ser descubierto, que espera ser liberado, que espera se recordado, que espera ser...